Al Trabajo-Alejandra Oviedo


¡Trabajo!...sublime vocablo que me intima a pensarlo mientras reflexiono me veo...
....me observo en el amanecer partiendo hacia la escuela rural, miro al ama de casa abriendo las ventanas del hogar, se cruza en mi mente la imagen del basurero, el gerente, el periodista y el carpintero......también el desocupado que cruza la calle detrás de la esperanza, la ilusión...
...Te sigo pensando trabajo...
Aquel de la gente humilde y sencilla de esa gente linda que le da la cara a la vida
con dignidad, sin mezquindades y en el silencio porque en esa modestia puede lograr el deseo de superarse, de realizarse como persona alcanzando los sueños...
...¡Cuántos sueños!... ¿Verdad?... y aún en los momentos difíciles, aquellos que invitan a declinar...
porque a veces el esfuerzo que demanda es más fuerte que las propias fuerzas.
En esos instantes que quieres dejar todo viéndote desfallecer...porque resta tiempo para estar en familia, con amigos, con uno mismo.
Cuando ansías volar, disiparte de ese lazo que parece atarte... porque de tanto en tanto te esclaviza, te devora y surge la impotencia, aún con todos esos obstáculos, tropiezos, con simples caídas que se sienten profundas sigue siendo buena la idea de trabajar, de perseverar...
...Para traer el pan a casa y poderlo compartir,
para comprar el repuesto que le faltaba al auto y así llevar a los niños a pasear,
para ayudarlos a mamá y papá porque no llegan a fin de mes con la jubilación ,
para hacer ese obsequio postergado como ofrenda de amor y de alegría por estar vivo.
Ruego que el trabajo no te someta y que el dinero no sea tu dueño...
Ruego por tu trabajo en libertad, en alegría, en honestidad...
Ruego que seas dueño de tu felicidad y... ¡trabajando! ...

En Ocasiones- Alberto Guzmán



Me llegan, en ocasiones, estas olas de fastidio.
Recorro con la vista mirando alrededor y nada es importante.
Me acomodo a la sombra de un árbol solitario
huyendo del calor de un mediodía
Aunque, en verdad, sombra o calor, no me preocupan.

Es todo igual:
La luz solar y la mancha gris que el árbol arroja a un suelo seco
Un cielo, abandonado por las nubes,
se ve invadido por una raya blanca que un avión le deja.
Miro a las personas que se dirigen a un lugar que no me importa.

Y llega al fin la tarde opaca.
Me levanto y camino lentamente hasta la casa
a encontrar la muerte nocturna que me espera.