La Pluma de un poeta





La pluma de un poeta es algo humano
que acariciando cada noche, cada día
va logrando así asonante algarabía
de adorar por creyentes lo profano.

Sintiendo con palabras decisivas
llevar los pensamientos impacientes
que elevan hasta el cielo transparente
sus hirientes o amorosas tentativas.

Las cuales dirigidas a otros puertos
llegarán cual saetas de algún centro
y caerán por el paisaje olvidados.

Yo no he visto jamás algo tan bravo
ni dulce, ni hiriente, ni valiente, ni profano
que la pluma de un poeta enamorado.

Mi montaña





Una a una mis pisadas sometidas a un impulso
son guiadas al deseo de ver nacer al sol
cada mañana
un rito detrás de mi ventana
extasiado huelo con los ojos la primera creación
¡tendrías que observarlo con mi pecho!
ver el parto de una dama que da a luz al sol
con uñas afiladas el niño busca amanecer
y la madre que es montaña abre paso por su vientre
mostrando a su pequeño elevado con sus brazos
comparte en mi ventana el orgullo de ser madre
sol, montaña
en un baile con vestidos alargados
sentimientos postrados de rodilla
dando gracias de haber visto
a mi montaña vestida de mujer

y el mar arrepentido envía su mensaje
viajando entre las nubes le dice que la ama
llorando el magnetismo que perdió con su partida
le ofrenda oraciones que viajaron con el viento
voluntades superiores de quien se sabe nada
y logra en sus victorias ver el polvo que lo forma
el hombre es todo en su soberbia de poder
y nada si la vida se marchita
postradas sus rodillas eleva su oración
arrastrada por el peso cae a tierra dispersada
viajando por los filtros encuentra los caminos de llegar con otras hasta el mar
y el las toma plagiando las palabras
construyendo su poesía para enviarla entre las nubes
con sus aguas convocadas eleva el ruego que no pudo escribir
y la dama que es montaña
los recibe hecho llanto
privándole la luz del hijo que es de ambos
mas el niño siendo hombre
atardece en los brazos de su padre
quien abriga en un ocaso al hijo que no vio amanecer

una dama que escapo de un amor que la aplastaba
emergiendo con la furia de mil años contenida
elevada por sobre la soberbia de seres diminutos
que soñaron contener la pasión de una mujer
emergió
consumiendo la soberbia al nacer entre las aguas
obedeciendo un fuego que empujaba sus deseos
negó a la muerte para ser idolatrada
blanca, pura, digno templo donde Dios poso sus pies
magnánima con llanto desprendido
no pudo el mar contener el valor de una mujer
que es montaña, templo y paraíso
valiosa dama sin prisión
fuerte imán absorbiendo energías positivas
escondiendo al sol en sus espaldas
hoy vestida de pureza
permitiendo que las nubes acaricien sus cabellos
humedeciéndolos con gotas sin contaminantes
cayendo por su cuello desprendiendo sus pecados
por causes demarcados fluyendo hasta sus pies
desprendiendo la materia que no sirve a su poder
donde razas extinguidas
postraron holocaustos
envuelta en poderío desgarro los campos con mil horas trabajado
muerte, hambre, bendición
mientras ella prevalece con nieves de mil años en su cumbre
abrigado niño en un sueño para siempre
mientras que su amante envía ofrendas que no quiere
postradas energías viajando entre los cerros
extrayendo voluntades
oraciones
sueños elevados con las manos de buenos sentimientos
mientras que su amante en un cicló sin final
recibe los pecados que se arrastran
en las mismas aguas en que ella responde que no quiere ya su amor
y yo envuelto
entre mi montaña y un mar que no me pertenece
recolecto las migajas para hacerlos poesía
amando siendo ella de otro
negándome el beso que reclamo
ocultándose del brillo de mis ojos cuando ella lo desea
envuelta por nubes que la encierran en palabras
esta hay; sin tener la fe para sacarle sus vestidos
vanidosa dama envuelta por neblinas
que cree que el amor no existe para ella
perseguida a pesar de la distancia
por un mar que no supo contenerla
enviándole argumentos que valora y no precisa
porque vio que en su interior había un Dios
ofrendas de palabras que no quiere entre sus brazos
escucha ruegos negando a sus oídos
porque ella encontró al lado de Dios
el valor de ser mujer
y ser amada
bendecida idolatrada
dando vida conteniendo al sol con su poder
destilando el agua por cascadas diminutas
colores verdes agradecido en sus orillas
azules de pureza a la altura de sus manos
y un manto de flores amarillas que caen por sus hombros
jugando entre piedras transparentes
que un niño con su padre
lejos del inicio guardo en sus bolsillos
entregándole a su madre una ofrenda que envió un día mi montaña
por ser fuerza de hombros decaídos
montaña, cielo, paraíso
fabrica de sueños
valores de mujer
vientre que la puso a la altura del gran Dios
creadora y creador.

Uno pequeño




este andar por los senderos
este esconder cuitas antiguas
este olvidar pasados desengaños
sólo por decir
que una es igual

a las otras

A un Dios Vencido



Pero al cabo no engaña el signo
crepuscular de la hora ni el flamígero
viento que sopla y que pasa


Sorprendido a mitad de la vida
qué innúmera fuerza, qué sino
condujo una vez hasta aquí,
qué oscuro ajedrez torna opaco
aquello amado en su día
y en la noche de su día huye,
con qué veloces caballos huye.


Ya nada más queda sino esta misma
sombra fiel, la del fruto ya pasado
que proyecta la flor de su instante
sobre la tierra.. Ebrio te lleven las
aguas, ahí donde nunca tus pies
soñaron llegar: Thalassa. Y en tributo
este canto a un lejano dios ya vencido.

Bebo tu voz





no quiero hablar de eternas noches que se

desperezan

ni de eclipses de tiempo o de vientos fugaces

ni quiero soñar lunas entre las lomas

ni mares de sombra sin oleaje

ni memorias enquistadas

ni música sin palabras

ni palabras sin calor

ni calor sin alegría

ni alegría sin amor.

quiero tu voz.

tu voz
V
O
Z
DE CRISTAL Y ESPUMA.