Acontece-Diana Bracamonte










La tarde se amarra
en caricias sin prisa.
Dos cuerpos de luna
se pierden
al viento.
Los ojos se cierran
en pasión y contento
y un velo en susurros
cubre el momento.
La sangre que fluye
recarga las venas.
Y tibia las manos
se posan serenas,
se posan urgentes,
se posan rebeldes.
Sedosas, las pieles
confluyen en cielos
y un par de sonrisas
vuelan al oeste
buscando el poniente.
Las almas se unen,
y a lo lejos,
en un horizonte
de gestos y alientos,
en Paz y Armonía,
guiñan a la Vida
y veneran la historia
admirando al tiempo.

No hay comentarios: