La más infiel de las amantes-Andrés Ruiz Segarra








El futuro era una mujer fornida; que envejecía con sólo mirarme, y que adulaba mis versos sencillamente porque no los entendía. De sus famélicos augurios apenas logré vislumbrar un atisbo de certeza. Todo cuanto insinuaba era miserablemente escueto y angosto. No tenía el atuendo diáfano y clarividente; más bien vestía opaca y enrevesada, como los tallos torcidos de esas plantas que trepan por los balcones.
En los tiempos en que ingenuo aún le suplicaba que diera prueba de su estela lejana, yo no era sino un aprendiz viviente en la cuerda floja de sus antojos. Sólo cuando sujeté firmemente su cintura estrecha, y la apreté contra mí, supe que sería siempre la más infiel de las amantes. Me miró entonces con ojos dulces y melosos; desabrochó los botones de su instinto idealizado; pero cambió de nombre y se llamó a sí misma Incierta, como en realidad era. Ahora futuro es una mujer despeinada, acechante, pero escarmentada. Te besa en los labios con su textura fría y ligeramente áspera, y se retira para que no trates de alcanzarla. Ya no me seduce su coquetería hasta perder el rumbo como ella quisiera; ya no hay caminos donde pueda huir, porque no trato de sujetarla. Su veneno ya no arde en mis venas, ni me aturde su olor a hierba fresca. La enamoré para que huyera; para que fuese a mí a quien temiera. El futuro es una mujer que hechiza, un cuerpo ardiente; una diva que desata el turbio aliento de la ambición y la espera. Sin embargo, cuando el espejo la observó sin que nadie lo advirtiera, ella se quedó sin rostro porque no existe, es incierta.

3 comentarios:

La Soñadora dijo...

Te felicito Andrés por estar aquí en este blog.

Erika

Andrés dijo...

Hola Erika, un placer, muchas gracias

La Kaverna dijo...

Un escrito precioso! Felicidades Andrés!