La fuente de las monedas falsas-Osvaldo Norberto Lázaro



Mediodía gris, la ciudad llora,

los perros cautivan su ira

la calle se aleja sin saberlo

cuerpos enrejados sobre el asfalto

niños que juegan embolsando el aire

con plastilina

Ciudad encrucijada, vestida en llamas,

duendes pasan tatuando el cielo

la ventisca se niega, el oro de los pobres

se imanta con la lluvia,

la mano del amante roza la luna

el poeta en su congoja

arrodilla su lagrima.

Es domingo, las viejas campanas de la iglesia

salpican el corazón de Dios

que pierde la memoria

En otra parte de aquella calle

se cruzan lazarillos sueltos

reclamando por sus amos

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